22.5.16

Amanecer

Dicen que justo antes del amanecer la noche es más oscura. Que de repente pasas de la oscuridad más absoluta al resplandor que ilumina y lo inunda todo. Sin previo aviso. Quizás de ahí surgió la idea de que la esperanza es lo último que se pierde.
Y por eso cuando las cosas no van como quieres, caminas por la vida aferrándote a ese resplandor. Aunque no lo puedas verAunque a veces ni tan siquiera lo puedas intuir. Simplemente anhelas que salgan los primeros rayos del Sol, lo anhelas tanto como los gladiadores suspiraban en medio de la batalla por el perdón del emperador.
 No me gusta madrugar pero amo los amaneceres. Son el fiel reflejo de los comienzos. Te permiten volver a creer, son fríos pero con encanto. Representan el atrevimiento, tus ganas locas de hacerte ver. Representan la capacidad de reinventarse, que en definitiva es la única forma que tenemos de volver a nacer. 
Hace ya algún tiempo, alguien a quien admiro mucho me contó que a las personas les costaba un mundo empezar algo nuevo. Sospecho que tenía razón. Nos aterra la idea de enfrentarnos a lo desconocido. Nos da pánico, pero por favor a ti no…
Tú atrévete. Sé tu propio amanecer. Ve en busca de ese resplandor que cuentan que alimenta el alma. Aprende a caminar a tientas. Camina a oscuras, pero elige brillar. Aprende de los corazones que se forjaron en la oscuridad y no te detengas. Aguanta. Recuerda que las mejores cosas casi siempre suceden después de una gran pérdida o un desamor. Échale agallas a la vida.
Y a lo mejor un buen día, después de tanta penumbra llegue ese famoso, ese dichoso amanecer. Y probablemente lo haga a su manera, sin llamar a la puerta, sin avisar. Mágico e inquietante. Te será difícil de asimilar, pero estoy convencido de que con el tiempo lo harás. Llegará el día en el que comprendas que toda esa penumbra, que toda esa oscuridad, quizás nunca estuvo de más.
Y ¿sabes qué? Yo también quiero ver un nuevo amanecer.

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